Desde principios de 2018, hubo una reducción significativa en la disponibilidad y el acceso al agua debido a un déficit causado por la falta de lluvia, que se ha visto más afectado por el fenómeno La Niña.
Esta situación ha provocado las peores condiciones de sequía que enfrenta Uruguay desde 2008/09. Los funcionarios de la industria local anticiparon pérdidas económicas superiores a los $ 500 millones, que implicaría como el desastre más caro de la nación en la historia. El gobierno uruguayo tuvo que declarar una emergencia agrícola debido a la sequía en 14 departamentos con el fin de apoyar a los agricultores familiares (no más de 500 hectáreas de tierra para ser elegibles).
Para nosotros, nuestras dos estancias uruguayas, ubicadas entre los departamentos más afectados del país, han sufrido la prolongada sequía, dañando la producción de maíz y soja, así como las operaciones ganaderas. Hasta ahora, la estancia Santa María (Flores) fue la más afectada.
Registro de precipitación: La precipitación acumulada para el período de julio a marzo fue de 737 mm, -32% en comparación con el promedio histórico del mismo período. Durante el crítico mes de febrero, donde el maíz y la soja están en etapa de floración, registramos solo 30 mm de lluvia vs. 143 mm como promedio histórico. Esta tendencia no se revirtió con 26 mm registrados frente a 143 mm históricamente.
Cultivos de invierno: Se sembraron 374 hectáreas y obtenemos 1,5 t/ha frente a 3,5 t/ha con Presupuesto. Los caprichos climáticos han afectado la producción: precipitaciones en exceso de agosto y falta de agua durante la temporada de maduración (noviembre/diciembre).
Cultivos de verano (soja y maíz): Alrededor de 500 hectáreas de soja # 1 han sido sembradas con retraso debido a las condiciones del suelo. Hasta el momento, más de 220 hectáreas han sido cosechadas con un rendimiento preliminar de 1.8 t/ha vs 0.6 t/ha a 1.9 t/ha en nuestra área. Se realizó soja de doble cosecha en más de 400 hectáreas, pero la cosecha no comenzó aún; el rendimiento esperado debería ser de alrededor de 1 t/ha frente a 1,8 t/ha presupuestado.
En cuanto al maíz, comenzaremos pronto con la cosecha y, en términos de rendimiento, esperamos obtener alrededor de 3 t/ha frente a las 5,5 toneladas/ha presupuestadas.
Actividades ganaderas: El pasto para alimentar a la manada se han evaporado debido a la sequía que nos obliga a colocar los terneros en el corral de engorde y complementarlos con maíz. Las vacas preñadas también se complementarán con pasturas pobres en el campo. Esas categorías más sensibles tienen que ser de gestión en prioridad.
Por ahora, podemos mitigar el impacto de la sequía en los pastos al complementar el rebaño con ensilaje y maíz. Sin embargo, las operaciones de ganado se verán afectadas el próximo ciclo ya que los pastizales no están teniendo el tiempo suficiente para recuperarse y el período de siembra está atrasado.